Entonces basada en Gmünd, Austria, que para 1951 ya tenía también líneas de producción en Zuffenhausen, la manufacturera teutona tomó al 356 de aluminio como puerta de entrada al mundo del deporte motor.
Las prestaciones originales fueron modificadas, tanto para aumentar el desempeño, como para alcanzar las regulaciones vigentes de la época. Dichas modificaciones consistieron en la ampliación del tanque de combustible, incrementando su capacidad a 78 litros, y moldeándolo para dar cabida a la llanta de refacción, que obligatoriamente debían portar.
Otra modificación de importancia consistió en la implementación de la toma de gasolina directamente por encima del tanque, sobre el cofre o capo del auto, ya que en su versión original la toma se encuentra dispuesta en un costado. El objeto de esta modificación fue el de acelerar los tiempos de llenado, ya que de haberse dejado la toma de gasolina en su disposición original, hubiera resultado demasiado lento.
Entre otras modificaciones que se le realizaron a este auto, podemos apreciar la cobertura de las cuatro llantas, con miras a reducir el coeficiente de arrastre y aumentar la aerodinamicidad, además se le implementaron faros de niebla, y cinturones de piel en el cofre y cubierta trasera para evitar su desprendimiento a “altas” velocidades.
La máquina que propulsa a esta belleza es una 4 cilindros con doble carburador, inducida y enfriada por aire; con 1500 centímetros cúbicos, que producía 70 caballos de fuerza @ 5000 rpm y alcanzaba los 160 kilómetros por hora.
La suspensión era independiente y el auto se detenía mediante frenos de tambor hidráulicos.
Los éxitos que el 356 de aluminio consiguió internacionalmente fueron múltiples y muy satisfactorios: la primera ves que compitió en Le Mans, Veuillet y Mouche co-pilotearon este auto para la victoria de su clase, con un promedio de velocidad de 140 kph.
Otros logros de este ejemplar incluyen victoria en su clase en Monza de 1952, en el rally de Sestriere del ´53, así como el gran premio de Belgrado y el rally alpino, ambos, también, del ´53, entre otros.
Con la victoria de su clase en Le Mans, se produjo un augurio que con el paso del tiempo dejaría de ser mito para convertirse en una tangible realidad: Más y más victorias en Le Mans...
Un buen augurio, efectivamente.
